Lejano
Extraño ser, extraño para mí.
Desconocido a mis ojos, ajeno a mis manos.
Imagino tus formas, memorizo tu rostro; cada razgo es angelical.
Todo se ve brillante en tí, como si Júpiter estuviera dominando soberbio en tu frente.
Qué clase de magia es la que te envuelve? Cuál es la virtud que me atrapa?
Tal como la astuta rosa utiliza su encanto, su belleza, su perfume para lograr que los rostros se le acerquen al punto de rozarla con los labios; cuál es tu aliciente? Cuál es tu señuelo?
El viento sopla tu voz y la escucho a la distancia. Las olas del mar de tu afecto me alcanzan tu calor; tu cariño toca mis pies y hace estremecer mi corazón.
Quizás mis labios no te rocen hoy; quizás tus manos no sepan de mi piel; quizás mis ojos no calen hondo en tus pupilas, mas aún nuestros corazones enlazados por un tierno hechizo saben más que sólo latir a la par.
Sólo en lo alto del cielo o en lo profundo del mar se sabe el final. Cuando acaso nuestras manos se unan dibujando un mismo sueño, una misma ilusión; tocando una sola cuerda, cantando una misma canción.
V. Victorio / Feb. 2002